Las afecciones y el embarazo
Las afecciones y el embarazo
Hay ciertas afecciones que pueden complicar el embarazo. Sin embargo, con la atención correcta, la mayoría de las mujeres pueden disfrutar de un embarazo saludable, incluso si tienen problemas de salud.
La diabetes antes del embarazo
La diabetes es un problema de salud en el cual el cuerpo no produce suficiente insulina o no puede usar la insulina que se produce. La insulina es la hormona que permite la entrada de la glucosa a las células del cuerpo para proporcionar combustible. Cuando la glucosa no puede entrar en las células, se acumula en la sangre, y las células del cuerpo mueren de hambre. La diabetes en el embarazo puede tener consecuencias graves para la madre y para el feto. La gravedad de los problemas depende de la gravedad de la diabetes de la madre, sobre todo si tiene problemas de los vasos sanguíneos (vasculares) y el nivel de azúcar en la sangre (glucosa) no está bien controlado.
Diabetes durante el embarazo
Cuando la diabetes ocurre durante el embarazo, se la conoce del siguiente modo:
-
Diabetes gestacional. Ocurre cuando la madre desarrolla resistencia a la insulina debido a las hormonas del embarazo. Si la madre tiene diabetes gestacional, puede que sea no dependiente de la insulina o dependiente de la insulina.
-
Diabetes pregestacional. Ocurre cuando la madre ya tiene diabetes y queda embarazada.
¿Qué es la diabetes gestacional?
La diabetes gestacional es una afección que se presenta durante el embarazo en las mujeres a quienes no se les diagnosticó diabetes anteriormente. Durante el embarazo, estas mujeres tienen un nivel alto (elevado) de glucosa y otros síntomas de diabetes. En la mayoría de los casos, todos estos síntomas desaparecen después del parto. Sin embargo, las mujeres con diabetes gestacional corren más riesgo de tener diabetes en una etapa posterior de la vida, sobre todo, si tuvieron sobrepeso antes del embarazo.
A diferencia de otros tipos de diabetes, la gestacional no tiene su origen en la falta de insulina, sino en otras hormonas que inhiben la insulina que se produce. Esto se conoce como resistencia a la insulina.
¿Cuáles son las causas de la diabetes gestacional?
Aunque no se conoce la causa de la diabetes gestacional, hay algunas teorías que intentan explicar por qué ocurre.
La placenta le proporciona al feto nutrientes y agua, y, además, produce diferentes hormonas para mantener el embarazo, entre ellas, el estrógeno, el cortisol y el lactógeno placentario humano. Estas hormonas pueden inhibir la insulina, lo que suele comenzar a partir de la semana 20 a la 24 de gestación.
A medida que la placenta crece, se incrementa la producción de estas hormonas y aumenta la resistencia a la insulina. Normalmente, el páncreas puede producir más insulina para superar esta resistencia; sin embargo, cuando la producción de insulina no es la suficiente para superar el efecto de las hormonas placentarias, aparece la diabetes gestacional.
¿Quiénes tienen riesgo de presentar diabetes gestacional?
Cualquier mujer puede tener diabetes gestacional durante el embarazo, pero estos factores pueden aumentar el riesgo:
-
Antecedentes familiares de diabetes.
-
Obesidad.
-
Haber dado a luz anteriormente a un bebé muy grande, un bebé muerto o uno con una anomalía congénita (un defecto de nacimiento).
-
Edad. Las mujeres mayores de 25 años corren más riesgo que las más jóvenes.
A pesar de que el nivel más alto de glucosa en la orina suele incluirse en la lista de factores de riesgo, no se lo considera un signo confiable de diabetes gestacional.
¿Cómo se diagnostica la diabetes gestacional?
Generalmente se hace una prueba de glucosa entre la semana 24 y la 28 de gestación, para la cual hay que beber un líquido especial con glucosa. Luego se mide el nivel de azúcar en la sangre 1 hora más tarde.
Si en el resultado se observa que el nivel de azúcar en la sangre aumentó, tal vez sea necesario hacer una prueba de tolerancia a la glucosa de 3 horas, después de unos días de comer una dieta especial. Si en los resultados de la segunda prueba se observan variaciones anormales, se diagnostica la diabetes gestacional.
Tratamiento de la diabetes gestacional
El tratamiento dependerá de los síntomas, de la edad y del estado general de salud. También, de la gravedad de la afección.
El tratamiento de la diabetes gestacional se centra en mantener los niveles de glucosa en la sangre dentro de los valores normales. El tratamiento puede incluir lo que se detalla a continuación:
-
Dieta especial
-
Actividad física
-
Medición diaria de la glucosa en la sangre
-
Inyecciones de insulina o medicamentos recetados
Posibles complicaciones de la diabetes gestacional para el bebé
A diferencia de otros tipos de diabetes, la gestacional no suele causar anomalías congénitas, las cuales suelen aparecer durante el primer trimestre de embarazo. La probabilidad de que estas se produzcan es mayor en las mujeres con diabetes pregestacional que pueden tener cambios en el nivel de azúcar en la sangre durante ese período. Por lo general, en las mujeres con diabetes gestacional, los niveles de azúcar en la sangre son normales durante este primer trimestre decisivo.
A menudo, las complicaciones de la diabetes gestacional pueden tratarse y prevenirse. La clave para la prevención es el control exhaustivo del nivel de azúcar en la sangre tan pronto como el proveedor de atención médica diagnostica la diabetes gestacional.
Los bebés cuyas madres tuvieron diabetes gestacional están en riesgo de sufrir varios desequilibrios químicos, como niveles bajos de calcio y de magnesio en la sangre. Pero los problemas principales de la diabetes gestacional son los que se describen a continuación.
Macrosomía
Ocurre cuando un bebé tiene un tamaño mucho más grande de lo normal. Todos los nutrientes que recibe el feto provienen directamente de la sangre de la madre. Si en la sangre de la madre hay un exceso de glucosa, el páncreas del feto detecta los niveles altos y produce más insulina en un intento por hacer uso de esta glucosa. El feto transforma el exceso de glucosa en grasa. Incluso cuando la madre tiene diabetes gestacional, el feto tiene la capacidad de producir toda la insulina que necesita. La combinación de los niveles altos de glucosa en la sangre de la madre y los niveles altos de insulina del feto tienen como resultado grandes depósitos de grasa, y es por este motivo que el feto crece demasiado.
Lesiones en el parto
Pueden producirse por el gran tamaño del bebé y las dificultades para nacer.
Hipoglucemia
Ocurre cuando es bajo el nivel de azúcar en la sangre del bebé inmediatamente después del nacimiento. Este problema se presenta si los niveles de azúcar en la sangre de la madre se mantuvieron altos, lo que lleva al feto a tener un nivel alto de insulina en la circulación. Después del nacimiento, el bebé aún tiene un nivel alto de insulina, pero ya no el nivel alto de azúcar de la madre. Esto ocasiona que el nivel de azúcar en la sangre del recién nacido sea demasiado bajo. El nivel de azúcar en la sangre del bebé se mide después del nacimiento. Si es muy bajo, puede que haya que administrarle glucosa por vía intravenosa.
Problemas para respirar (dificultad respiratoria)
El exceso de insulina o de glucosa en el organismo del bebé puede retrasar la maduración completa de sus pulmones, lo que puede causar problemas respiratorios. Esto ocurre con mayor frecuencia si el bebé nace antes de las 37 semanas.
La presión arterial alta y el embarazo
La presión arterial alta puede ocurrir en el embarazo de 2 formas. Puede ser un problema de salud preexistente llamado hipertensión, o bien manifestarse durante el embarazo. Esto último se conoce como hipertensión gestacional y también recibe el nombre de toxemia o preeclampsia. Se produce con mayor frecuencia en las mujeres jóvenes primerizas y es más común en los embarazos gemelares y en las mujeres que tuvieron problemas de presión arterial en una gestación previa.
La presión arterial alta puede provocar problemas de la placenta y retraso del crecimiento fetal. Si no se la trata, la presión arterial alta grave puede causar convulsiones peligrosas e incluso la muerte de la madre y del feto.
Las mujeres con preeclampsia tal vez deban guardar reposo en cama. Si la mujer tiene preeclampsia o eclampsia (preeclampsia complicada por las convulsiones) moderada o grave, generalmente tendrá que ser hospitalizada y recibir tratamiento con medicamentos.
Las mujeres que tienen presión arterial alta antes del embarazo a menudo deben seguir tomando los medicamentos para la presión arterial. Es posible que el proveedor de atención médica cambie el medicamento por uno más seguro durante el embarazo.
Suelen realizarse pruebas de la función renal y ecografías con mayor frecuencia a las embarazadas con presión arterial alta, con el fin de controlar la salud de la madre y el crecimiento y el desarrollo del feto.
Las enfermedades infecciosas y el embarazo
Las infecciones durante el embarazo pueden ser una amenaza para el feto. Incluso una simple infección de las vías urinarias, un cuadro frecuente durante el embarazo, debe tratarse de inmediato. Una infección sin tratar puede derivar en el trabajo de parto prematuro y la rotura de las membranas que rodean al feto. A continuación se enumeran algunas enfermedades infecciosas.
Toxoplasmosis
Es una infección causada por un parásito unicelular llamado Toxoplasma gondii. Aunque muchas personas pueden tener una infección por toxoplasma, muy pocas presentan síntomas porque el sistema inmunitario suele impedir que el parásito cause la enfermedad. Los bebés infectados antes del parto pueden nacer con problemas mentales o físicos graves. La toxoplasmosis suele producir síntomas parecidos a los de la gripe, hinchazón de los ganglios linfáticos o dolores y molestias musculares que pueden durar desde unos pocos días hasta varias semanas. Pueden hacerle análisis a la madre para saber si desarrolló un anticuerpo contra la enfermedad. Entre otras, las pruebas fetales pueden ser ecografías o análisis del líquido amniótico o del cordón umbilical. El tratamiento puede incluir antibióticos. Las siguientes medidas pueden ayudar a prevenir la infección por toxoplasmosis:
-
Use guantes cuando trabaje en el jardín o haga tareas al aire libre que requieren tener contacto con la tierra. Los gatos pueden transmitir el parásito por medio de las heces y a menudo usan los jardines y los areneros como lechos de arena higiénica. Lávese bien las manos con agua tibia y jabón después de realizar actividades al aire libre, especialmente antes de comer o de preparar cualquier comida.
-
Deje que una persona sana que no está embarazada cambie la arena higiénica del gato. Si esto no es posible, use guantes y limpie el lecho de arena higiénica todos los días. El parásito en las heces de un gato solamente puede infectarla durante unos pocos días luego de su eliminación. Lávese bien las manos con agua tibia y jabón después de limpiar.
-
Deje que una persona sana que no está embarazada toque las carnes crudas por usted. Si esto no es posible, use guantes limpios de látex cuando toque todo tipo de carnes crudas. Lave las tablas de cortar, los fregaderos, los cuchillos y otros utensilios que puedan haber tenido contacto con las carnes crudas. Lávese bien las manos con agua tibia y jabón después de hacerlo.
-
Cocine bien todo tipo de carnes, es decir, hasta que ya no estén rosadas en el centro o hasta que los jugos salgan transparentes. No pruebe las carnes hasta que estén completamente cocidas.
Intoxicación alimentaria
Una embarazada no debe comer alimentos crudos ni poco cocidos debido al riesgo de intoxicarse. La intoxicación alimentaria puede causarle deshidratación e impedir que el feto reciba nutrientes. También puede provocar meningitis y neumonía a un feto, y posiblemente la muerte. Consejos para prevenir las intoxicaciones alimentarias:
-
Cocine por completo los alimentos crudos de origen animal, como la carne de res, de cerdo o de ave.
-
Lave las verduras crudas antes de comerlas.
-
Mantenga las carnes poco cocidas separadas de las verduras y de los alimentos cocidos y listos para comer.
-
No beba leche cruda (no pasteurizada) ni coma alimentos hechos a partir de leche cruda.
-
Lávese las manos, lave los cuchillos y las tablas de cortar después de tener contacto con alimentos poco cocidos.
Infecciones de trasmisión sexual
Clamidiosis
Las infecciones, como la clamidiosis, pueden estar asociadas con el trabajo de parto prematuro y la rotura de las membranas.
Hepatitis
El virus de la hepatitis causa la inflamación del hígado y puede dañar y destruir las células de este órgano. Se distinguen 5 tipos principales del virus de la hepatitis. El tipo más común que ocurre en el embarazo es el virus de la hepatitis B (VHB). Se transmite principalmente por medio de la sangre y los hemoderivados (productos sanguíneos) contaminados, el contacto sexual y las agujas intravenosas contaminadas. En la mayoría de las personas, el VHB desaparece, pero aproximadamente 1 de cada 10 personas tendrá el virus crónico. El virus de la hepatitis B puede causar hepatitis crónica, cirrosis, cáncer de hígado, insuficiencia hepática y la muerte. Las embarazadas infectadas pueden transmitirle el virus al feto durante el embarazo y en el parto.
Cuanto más tarde se contagie la madre el virus durante el embarazo, mayor será la probabilidad de que el feto tenga la infección. Signos y síntomas del VHB:
-
Color amarillento en la piel, los ojos y las membranas de la boca (ictericia)
-
Cansancio extremo (agotamiento físico)
-
Dolor de estómago
-
Falta del apetito
-
Náuseas que aparecen y desaparecen
-
Vómitos
Como parte de las pruebas prenatales de rutina, se realiza un análisis de sangre para la detección de la hepatitis B. Las madres que hayan dado positivo en VHB pueden tomar un medicamento llamado inmunoglobulina contra la hepatitis B. Los bebés cuyas madres hayan dado positivo en VHB deben recibir esta inmunoglobulina y la vacuna contra la hepatitis B en las primeras 12 horas después del parto. Los bebés cuyas madres están en condición desconocida respecto del VHB deben recibir la vacuna contra la hepatitis B en las primeras 12 horas después del parto. Los bebés cuyas madres hayan dado negativo en VHB deben recibir la vacuna antes del alta del hospital. En los bebés prematuros que pesan menos de 4.5 libras (2,000 gramos) cuyas madres hayan dado negativo en VHB se debe retrasar la aplicación de la primera dosis de la vacuna hasta que haya transcurrido 1 mes después del parto o del alta del hospital. A todos los bebés se les deben aplicar todas las dosis de la vacuna contra la hepatitis B para que estén completamente protegidos contra la infección.
VIH
Una mujer con VIH tiene una probabilidad del 25 % de infectar al feto. El VIH causa SIDA. Este virus mata o daña las células del sistema inmunitario. Con el tiempo, destruye la capacidad del cuerpo de combatir las infecciones y determinados tipos de cáncer. El término SIDA se usa para las etapas más avanzadas de una infección por VIH. Este virus se transmite la mayoría de las veces por medio del contacto sexual con una pareja infectada
y también puede contagiarse a través del contacto con sangre infectada. Esto ocurre principalmente al compartir agujas, jeringas o equipo para inyectarse drogas con una persona portadora del virus. Según los Institutos Nacionales de la Salud (National Institutes of Health), el VIH se transmite de la madre al hijo durante el embarazo, el trabajo de parto y el parto, o a través de la lactancia materna. Esto representa casi todos los casos de SIDA en los niños estadounidenses.
Algunas personas pueden tener una enfermedad parecida a la gripe uno o dos meses después de la exposición al VIH. Sin embargo, muchas personas no tienen ningún síntoma al infectarse por primera vez. Es posible que los síntomas duraderos o graves no se manifiesten por un período de hasta 10 años o más tiempo después de que el VIH entra por primera vez en el cuerpo de los adultos. O bien, pueden aparecer en el término de 2 años en los niños que nacen con una infección por VIH.
El Colegio Estadounidense de Obstetras y Ginecólogos (American College of Obstetricians and Gynecologists) recomienda la realización de la prueba de detección del VIH a todas las embarazadas. La atención prenatal que incluye asesoramiento sobre el VIH, pruebas y tratamiento para las madres infectadas y sus hijos salva vidas y permite ahorrar recursos. La recomendación actual para las mujeres que hayan dado positivo en VIH es que tomen medicamentos durante el embarazo y el trabajo de parto. También se hacen análisis de sangre para medir la carga viral. Puede que los bebés cuyas madres hayan dado positivo en VIH también reciban medicamentos. En los estudios se ha demostrado que administrarle antirretrovirales a la madre durante el embarazo, el trabajo de parto y el parto puede reducir la probabilidad de transmitirle el virus al bebé. Esta reducción es desde el 25 % a menos del 2 %. Desde que los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) comenzaron a sugerir la realización de pruebas rutinarias de detección del VIH a todas las embarazadas en 1995, la cantidad estimada de madres que les transmiten el virus a sus hijos ha disminuido alrededor del 85 %. A menudo se recomienda una cesárea para las madres que hayan dado positivo en VIH con altas cargas virales. Dado que la leche materna contiene el virus, las mujeres que hayan dado positivo en VIH no deben amamantar a sus bebés. De los estudios se desprende que la lactancia materna aumenta el riesgo de transmitir el virus.
Herpes
El herpes puede transmitirse al bebé durante el parto si una mujer tiene una infección activa en ese momento. La causa del herpes es el virus del herpes simple (VHS). Las infecciones por herpes pueden provocar ampollas y úlceras en la boca o la cara (herpes bucal) o en la zona genital (herpes genital). El VHS es una infección de por vida. Sus síntomas pueden incluir ampollas dolorosas o llagas abiertas en la zona genital que pueden estar precedidas por sensaciones de hormigueo y ardor en las piernas, los glúteos o la región genital. Las llagas del herpes suelen desaparecer en el término de unas pocas semanas, pero el virus permanece en el cuerpo y las lesiones pueden reaparecer de vez en cuando.
Es importante que las mujeres no contraigan herpes durante el embarazo. Un primer episodio durante el embarazo aumenta el riesgo de transmisión al recién nacido. Se puede tratar a las mujeres con antivirales si la enfermedad es grave. El herpes genital puede provocar infecciones potencialmente mortales en los bebés si la madre tiene herpes genital activo (excreta el virus) en el momento del parto. A menudo se recomienda la realización de una cesárea en los casos de herpes genital activo. Afortunadamente, no es frecuente que las mujeres con una infección por herpes genital infecten a los bebés.
La protección contra el herpes genital incluye abstenerse de mantener relaciones sexuales cuando se tienen síntomas y usar siempre condones de látex entre las erupciones.
Zika
El virus del Zika se transmite principalmente a través de mosquitos infectados, aunque también puede contagiarse al mantener relaciones sexuales sin protección con una persona infectada por este virus. Los fetos que se infectan pueden tener anomalías congénitas, como microcefalia, una afección en la que la cabeza y el cerebro del bebé son más pequeños de lo esperado en comparación con los bebés del mismo sexo y de la misma edad. También puede causar otras anomalías congénitas que afectan el cerebro.
No viaje a los lugares donde hay riesgo de que contraiga el virus del Zika durante el embarazo. Use condones en caso de tener una pareja que tiene el virus del Zika o que haya viajado a lugares donde existen brotes de este virus. Si tiene que viajar, hable con su proveedor de atención médica sobre las maneras de prevenir la transmisión del virus.