Fractura de cadera
Fractura de cadera
¿Qué es una fractura de cadera?
Una fractura de cadera es una ruptura en el fémur (hueso del muslo) de la articulación de la cadera. Las articulaciones son las áreas donde se encuentran dos o más huesos. La articulación de la cadera es la articulación en forma de “bola y cavidad” donde se unen el fémur y la pelvis. La bola de la articulación de la cadera es la cabeza del fémur y la cavidad es un hueso de la pelvis con forma de taza que se denomina acetábulo. La fractura de cadera es una lesión muy seria y requiere de atención médica inmediata.
¿Cuáles son los diferentes tipos de fracturas de cadera?
Una fractura es una ruptura parcial o total del hueso. Puede tratarse de una sola o de múltiples rupturas en un hueso. Las fracturas de cadera se clasifican según el área específica de la ruptura y el tipo de ruptura(s) en el hueso.
Los tipos más comunes de fracturas de cadera son:
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Fractura del cuello femoral. La fractura del cuello femoral se produce a una distancia una a dos pulgadas de la articulación de la cadera. Estas fracturas son comunes entre las personas mayores y pueden tener relación con la osteoporosis. Este tipo de fractura puede causar una complicación, porque a menudo la ruptura impide el paso de la sangre a la cabeza del fémur, que forma la articulación de la cadera.
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Fractura intertrocantérica de cadera. Una fractura intertrocantérica de cadera se produce a una distancia de tres a cuatro pulgadas de la articulación de la cadera. Este tipo de fractura no interrumpe el flujo sanguíneo hacia el hueso y puede ser más fácil de reparar.
Cerca del 90 % de las fracturas de cadera entran dentro de estas dos categorías, en proporciones similares. Otro tipo de fractura, la fractura de cadera por fatiga, resulta más difícil de diagnosticar. Se trata de una fisura apenas perceptible en el fémur, que puede no comprometer a todo el hueso. El uso excesivo o los movimientos repetitivos pueden causar una fractura por fatiga. Los síntomas de esta lesión pueden ser idénticos a los de la tendinitis o distensión muscular.
¿A quiénes afecta la fractura de cadera?
La mayoría de las fracturas de cadera afecta a personas mayores de 60 años. La incidencia de estas fracturas aumenta con la edad, duplicándose por cada década a partir de los 50 años. Las personas caucásicas y asiáticas son más propensas a ser afectadas dado a que poseen una mayor tasa de osteoporosis. La osteoporosis (pérdida del tejido óseo) es una enfermedad que debilita los huesos.
Las mujeres son más propensas a la osteoporosis que los hombres; por consiguiente, la fractura de cadera es más común entre las mujeres. Padecen cerca del 70 % de todas las fracturas de cadera. Más de 10 millones de estadounidenses sufren de osteoporosis.
En el 2010, se reportaron cerca de 258.000 internaciones por fracturas de cadera. Se estima que, para el año 2030, esta cifra podría alcanzar los 290.000 casos.
¿Por qué la fractura de cadera es un problema tan serio?
Las personas que padecen este problema tienen más probabilidades de morir que una persona de la misma edad que no sufre de esta lesión. Cerca del 20 % de las personas que sufren una fractura de cadera mueren dentro de un plazo no mayor a un año luego de la lesión. Se estima que sólo 1 de cada 4 personas se recupera totalmente de una fractura de cadera.
La mayoría de las personas quedan hospitalizadas durante 1 o 2 semanas luego de sufrir este tipo de fractura. El período de recuperación puede ser largo e incluir la internación en un centro de rehabilitación. Las personas que podían vivir en forma independiente, generalmente necesitarán de la ayuda de cuidadores, de la familia o quizás hasta requieran de los servicios de un centro de cuidados a largo plazo. Una fractura de cadera puede derivar en la pérdida de la independencia, una reducción de la calidad de vida y depresión, especialmente entre personas de edad avanzada.
¿Cuál es la causa de una fractura de cadera?
La causa más común entre personas de edad avanzada es una caída. Un pequeño porcentaje de personas puede fracturarse la cadera en forma espontánea. En personas más jóvenes, esta lesión se produce como resultado de un accidente automovilístico, una caída desde gran altura o un trauma severo.
La fractura de cadera es más común en personas de edad avanzada porque los huesos se tornan más delgados y débiles debido a la pérdida de calcio que avanza con la edad, generalmente producida por la osteoporosis. Si una persona se cae, los huesos afectados por la osteoporosis tienen más probabilidades de quebrarse. La mayoría de las fracturas de cadera que sufren las personas de la tercera edad se producen al caerse caminando sobre una superficie plana, a menudo en casa.
A medida que envejecen, las mujeres pierden entre un 30 % y 50 % de la densidad ósea (espesor). La pérdida ósea se acelera drásticamente luego de la menopausia, dado que se produce menos estrógeno. El estrógeno contribuye a mantener la densidad y la fortaleza del hueso.
Factores de riesgo para la fractura de cadera
Un factor de riesgo es todo aquello que puede aumentar la probabilidad que tiene una persona de desarrollar una enfermedad Puede tratarse de una actividad, de la alimentación, de los antecedentes familiares o de muchas otras cosas.
Cada enfermedad tiene factores de riesgo propios. Si bien estos factores pueden aumentar el riesgo de una persona, no son necesariamente la causa de la enfermedad. Por ejemplo, algunas personas con uno o más factores de riesgo para una cierta enfermedad o dolencia nunca la desarrollan, mientras que otros la desarrollan sin tener factores de riesgo conocidos.
Conocer sus factores de riesgo de cualquier enfermedad puede orientarlo para adoptar las medidas apropiadas, como cambiar conductas o someterse a un control clínico para la enfermedad.
La osteoporosis es la principal causa de la fractura de cadera. La edad también constituye un factor de riesgo importante. Además, esta lesión incluye, entre otros, los siguientes factores de riesgo:
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Consumo excesivo de alcohol y cafeína.
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Falta de actividad física.
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Peso bajo.
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Estatura alta.
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Problemas de visión.
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Demencia.
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Medicamentos que producen pérdida ósea.
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El hábito de fumar cigarrillos.
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Vivir en una institución, como por ejemplo, un centro de atención asistida.
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Aumento del riesgo a caerse, relacionado con enfermedades como la debilidad, alguna discapacidad o una marcha inestable.
Según estado de salud específico, pueden existir otros riesgos. Asegúrese de consultar a su médico ante cualquier duda o preocupación.
¿Cuáles son los síntomas de una fractura de cadera?
A continuación se enumeran los síntomas más comunes de la fractura de cadera. Aunque cada persona puede experimentar los síntomas de una forma diferente, los síntomas pueden incluir:
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Dolor en la cadera y/o dolor que puede sentirse en la rodilla.
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Dolor en la parte inferior de la espalda.
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Imposibilidad de ponerse de pie o caminar.
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Hematomas o hinchazón.
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Pie torcido en un ángulo extraño, hace que la pierna parezca más corta.
Los síntomas de la fractura de cadera pueden parecerse a los de otros problemas médicos. Siempre debe consultar a su médico para obtener un diagnóstico.
¿Cómo se diagnostica una fractura de cadera?
Además de una historia clínica completa y un examen físico, los procedimientos de diagnóstico para una fractura de cadera podrían incluir lo siguiente:
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Radiografía. Es una prueba de diagnóstico que utiliza rayos de energía electromagnética invisibles para generar imágenes de tejidos internos, huesos y órganos en una placa radiográfica.
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Imagen por resonancia magnética (IRM). Es un procedimiento diagnóstico que utiliza la combinación de imanes grandes, radiofrecuencias y una computadora para producir imágenes detalladas de los órganos y las estructuras del interior del cuerpo.
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Tomografía computada (también denominada TC o TAC). Es un procedimiento de diagnóstico por imágenes que utiliza una combinación de radiografías y tecnología informática para producir imágenes horizontales o axiales (a menudo denominadas “planos”) del cuerpo. Una TC muestra imágenes detalladas de las partes del cuerpo, incluidos los huesos, músculos, tejidos grasos y órganos. Las imágenes de una tomografía computarizada muestran muchos más detalles que una radiografía convencional.
Tratamiento de fractura de cadera
Su médico determinará el tratamiento específico para una fractura de cadera según:
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Su edad, salud general e historia clínica.
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Alcance de la afección.
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Su tolerancia a medicamentos específicos, procedimientos o terapias.
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Las expectativas de la evolución de la afección.
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Su opinión o preferencia.
En general, una fractura de cadera se trata con cirugía. Su médico puede utilizar dispositivos metálicos para fortalecer y estabilizar la articulación. En algunos casos, se realiza un reemplazo total de la cadera. El tipo de cirugía reparadora dependerá del tipo de fractura. El médico decidirá cuál es el mejor procedimiento para cada persona, según cada caso en particular.
El objetivo del tratamiento es proporcionar alivio al dolor y que pueda reanudar su nivel normal de actividad. La cirugía de cadera a menudo requiere la internación en el hospital. Durante la internación, se comienza con los ejercicios de fisioterapia para recuperar el arco de movilidad y la fuerza de la cadera. La fisioterapia debe continuar, ya sea en casa o en luego de ser admitido en un centro de rehabilitación.
Complicaciones de la fractura de cadera
Se pueden producir complicaciones serias a partir de una fractura de cadera. Pueden formarse coágulos de sangre en las venas, generalmente en las piernas. Si un coágulo se desprende, puede llegar hasta un vaso sanguíneo del pulmón. Esta obstrucción, denominada embolia pulmonar, puede ser fatal.
Otras complicaciones pueden incluir:
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Neumonía.
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Atrofia muscular (desgaste del tejido muscular).
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Infección post operatoria.
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Unión incompleta o no consolidada del hueso.
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Deterioro mental posterior a la cirugía en pacientes de edad avanzada.
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Escaras (úlceras por decúbito) producidas al permanecer acostado en la misma posición, con movimiento mínimo.
En algunas fracturas, la sangre no puede circular adecuadamente hacia la cabeza del fémur, lo que provoca una pérdida de irrigación sanguínea en esa zona. Esto se denomina necrosis vascular femoral o necrosis avascular. Esta complicación puede producirse según el tipo de fractura y la anatomía de la irrigación sanguínea de una persona hacia la cabeza del fémur. Se trata de una complicación más común en fracturas del cuello femoral.
Prevención de la fractura de cadera
Es preferible prevenir una fractura de cadera a tratarla. Las medidas preventivas incluyen la ingesta de abundante calcio todos los días, así como la toma diaria de suplementos de vitamina D. En el caso de mujeres post-menopáusicas que no ingieren estrógeno, los Institutos Nacionales de la Salud (National Institutes of Health) recomiendan 1.500 miligramos (mg) diarios. Para aquellas que sí toman estrógeno, la recomendación es de 1.000 mg. Los hombres de mediana edad deberían tomar 1.000 mg diarios.
Durante la menopausia es recomendable realizarse pruebas de densidad ósea. Esta prueba se utiliza para medir el contenido de minerales y el espesor del hueso. Estos valores indican la disminución de la masa ósea, una enfermedad en la que los huesos son más frágiles y más propensos a romperse o fracturarse con facilidad. La prueba de densidad ósea se utiliza, principalmente, para diagnosticar la osteoporosis y para determinar el riesgo de fractura.
Las mujeres, quienes padecen la mayoría de las fracturas de cadera, producen menos estrógeno al comenzar la menopausia. La mayoría de las personas no sabe que tiene osteoporosis hasta que sufren una fractura.
Otra forma de contribuir a la prevención de la fractura de cadera es realizar regularmente ejercicios que soporten el peso corporal, como caminar o trotar. Los programas de ejercicios como el Tai Chi ayudan a recobrar la fuerza y el equilibrio.
Otras medidas preventivas incluyen:
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Tomar los medicamentos que su médico indique para prevenir la pérdida ósea.
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Consumir una dieta rica en calcio, con leche, queso cottage, yogur, sardinas y brócoli.
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No fumar.
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Evitar el consumo excesivo de alcohol.
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Mantener los objetos alejados de las escaleras y del piso. Por ejemplo, los cables, para prevenir las caídas.
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Utilizar alfombrillas antideslizantes en el baño y fijar barras de sostén en la bañera.
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Ubicar luces de noche desde el dormitorio hasta el baño.
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Usar una base antideslizante para mantener las alfombrillas en su lugar.
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No pararse sobre muebles o escaleras que no se encuentren en una posición firme.
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Visitar al oftalmólogo todos los años para hacerse una revisión anual y tratar la pérdida de la visión.