Violencia doméstica
Violencia doméstica
¿Qué es la violencia doméstica?
La violencia doméstica es la crueldad y el abuso que se sufre de otros miembros de la familia o de las parejas íntimas. Puede ser por parte de un cónyuge o excónyuge. Puede ser de un novio, una novia o un exnovio o exnovia. Este tipo de abuso puede pasar incluso en una cita. También puede venir por parte de un familiar, como uno de los padres. Puede ser de un hermano o hermana, o quizás un de un hijo o hija a alguno de sus padres. Existen muchos términos para la violencia doméstica, como los siguientes:
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Abuso de la pareja íntima
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Violencia familiar
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Abuso y maltrato infantil
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Maltrato de ancianos
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Abuso de hermanos
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Golpizas
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Violencia en el noviazgo
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Violación marital
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Violación en una cita
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Acecho
La violencia doméstica puede adoptar muchas formas. Con frecuencia implica acoso y amenazas. Puede incluir comportamientos violentos. Se usan para ganar poder y control sobre la otra persona. El abusador a menudo es un varón. Las mujeres suelen ser las víctimas. Sin embargo, la violencia doméstica también puede ocurrir contra los hombres. También se da entre parejas del mismo sexo. Los estigmas sociales respecto de las relaciones LGBTQ en algunas comunidades pueden hacer más difícil que la persona afectada busque ayuda.
Datos sobre la violencia doméstica
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por su sigla en inglés) mencionan lo siguiente:
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En los Estados Unidos, casi 24 personas por minuto sufren violación, violencia o acecho por parte de una pareja.
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Alrededor de 3 de cada 10 mujeres y 1 de cada 10 hombres en los Estados Unidos han denunciado violación, violencia física o acecho por parte de un familiar o una pareja.
Algunos de los efectos en las personas afectadas pueden ser estos:
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Depresión
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Pensamientos e intentos de suicidio
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Baja autoestima
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Problemas económicos
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Consumo excesivo de drogas y bebidas alcohólicas
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Trastorno por estrés postraumático
¿Cuáles son los tipos de violencia doméstica?
Tipos de violencia doméstica:
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Físico. Significa golpear a una persona para provocarle una lesión física. Puede causarle moretones, huesos rotos, sangrado interno y la muerte. Por lo general, el abuso empieza con contacto mínimo. Con el tiempo va aumentando hasta llegar a acciones más violentas.
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Sexual. Se refiere a la violación u otra actividad sexual forzada. A menudo puede ocurrir durante la golpiza física o después.
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Mental o emocional. El abusador mental o emocional suele usar palabras, amenazas y acoso. El abuso puede incluir celos extremos, aislamiento forzado y destrucción de los efectos personales. Puede haber amenazas de dañar a los hijos, a otros miembros de la familia o a mascotas. El aislamiento, a menudo, se da cuando el abusador intenta controlar a su víctima en los horarios, las actividades y el contacto con otras personas. Para hacerlo, bloquea las relaciones de contención. Es posible que cree barreras para las actividades normales, como quitándole las llaves del automóvil o encerrando a la persona en la casa. Quizás mientan o distorsionen la realidad para ganar el control mental.
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Acecho. Se trata de comportamientos repetidos de acoso o amenazas. Suele llevar al abuso físico o sexual.
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Económico. Es cuando el abusador controla el acceso a todos los recursos de la persona. Por ejemplo, al tiempo, al transporte, a los alimentos, a la vestimenta, a refugios, a seguros y al dinero. Por ejemplo, el abusador quizás interfiera con la capacidad de su pareja de ser autosuficiente o independiente. Es posible que insista en controlar todas las finanzas. Cuando la persona afectada deja una relación violenta, el abusador quizás use el aspecto económico como una manera de mantener el control o de obligar a la persona a regresar.
Cómo empieza la violencia doméstica
El abuso con frecuencia empieza, por ejemplo, con insultos, amenazas y golpear o arrojar objetos. Puede empeorar con empujones, bofetadas y sujetar a una persona contra su voluntad. Luego puede haber puñetazos, golpes y patadas. Pueden aumentar los comportamientos que ponen en peligro la vida. Como atragantamiento, rotura de huesos o el uso de armas.
Por lo general, el abuso verbal y emocional viene antes del abuso físico. Esté pendiente de las señales de advertencia, como celos extremos, mal temperamento, comportamiento inestable, comportamiento controlador, crueldad hacia los animales y abuso verbal.
Cómo obtener ayuda
El primer paso es comprender que el abuso está ocurriendo y que no está bien. Las acciones implicadas en la violencia doméstica no son una muestra de amor. Tienen que ver con el poder y el control.
Comuníquese con el refugio local de mujeres o de la comunidad LGBTQ o con la Línea Nacional contra la Violencia Doméstica al 800-799-7233 (SAFE). Allí pueden brindarle información útil y asesoramiento.
La Coalición Nacional contra la Violencia Doméstica impulsa a las personas que están en una relación abusiva a crear un plan de seguridad. Este plan puede servirle de ayuda en situaciones difíciles.
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Encuentre un lugar seguro adonde ir en su casa si empieza una discusión. Evite las habitaciones que no tengan salida. Evite las habitaciones con armas u otros peligros potenciales, como la cocina y el baño.
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Sepa a quién puede contactar en una crisis. Establezca una palabra o una señal que sirva de código con un familiar, vecino o amigo de confianza para que sepan cuando necesite ayuda.
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Memorice todos los números de teléfono importantes.
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Tenga siempre dinero y cambio encima.
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Tenga un bolso listo con papeles y documentos importantes. Coloque este bolso en un lugar seguro al que pueda acceder fácilmente si lo necesita. Este bolso debe tener las tarjetas de la seguridad social, los certificados de nacimiento, de matrimonio, la chequera, tarjetas de crédito, el extracto bancario, dinero en efectivo, las tarjetas del seguro médico y algún registro de abusos anteriores, como fotos e informes de la policía.
Recuerde que hay ayuda disponible. Usted tiene derecho a vivir sin miedo y sin violencia. Si no busca ayuda, el abuso continuará. Estará en riesgo de que le hagan daño grave.